Una estufa de inercia es una ecológica, practica y económica solución para el problema de calentar una casa en los fríos días invernales.
Varios temas esenciales distinguen a una estufa de masa de otros tipos convencionales de estufa. La construcción, compuesta esencialmente de ladrillos de barro, ladrillos refractarios, diferentes morteros, etc, le dan una enorme masa y peso, además de una gran cantidad de formas.
El interior de una estufa de inercia ha sido diseñado de modo que la madera y el humo es quemado y circula a lo largo de los conductos de la estufa donde se acumula el calor hasta la chimenea.
Debido a que el humo es quemado por las altas temperaturas la combustión es limpia. Su temperatura exterior no quema ni produce incendios.
La estufa de inercia debido a la gran cantidad de material y al extenso sistema de canales interior es la manera mas efectiva de utilizar la energía contenida en la madera.
La Postcombustión que tiene lugar en la mayoría de las estufas de inercia puede elevar la temperatura a mas de 900 grados. Esto nos da una combustión limpia utilizando toda la energía con un mínimo de polución.
A pesar de las altas temperaturas del núcleo, la superficie de la estufa permanece constante a una temperatura de 45/60 grados, haciendo agradable el tacto directo y permitiendo colocar objetos a poca distancia evitando así el problema posibles peligros cerca de la estufa.
Con solo un fuego al día, una carga de madera de 12/15 kg la estufa de inercia es capaz de producir hasta 2 a 6 kw/hora durante 24 horas, suficiente para calentar una casa de 125/150 m2 bien aislada. A veces, en las regiones mas frías, puede ser necesario encender dos veces, aumentado así el nivel calorífico de la estufa.
Lo que es único en una estufa de inercia es la propagación del calor a través de su masa. Las altas combustiones que tiene lugar en su interior son debidas a la aportación de un aire primario que suele venir por debajo de una parrilla situada en el suelo de una cámara de combustión y donde tiene lugar la pyrolisis, es decir, la descomposición de la madera. La aportación de un aire secundario precalentado un poco mas arriba de la pyrolisis quema literalmente algunos de los gases procedentes de la combustión. La aportación de aire,y por extensión su gas mas combustible, el Oxigeno, produce una mezcla que alcanza mas de 900 grados y llega a quemar el CO2. Desde este calor el aire caliente resultante es empujado a través de canales y campanas, dejando gran parte de su energía por el camino y llegando a 150/130 grados en la chimenea de salida de la estufa.
Para prevenir el enfriamiento de la estufa es necesario cerrar el tiro que hay en su salida al terminar cada combustión y permitir así que ese calor acumulado penetre en el material y empiece a radiar exteriormente a lo largo de las horas.
Para una buena combustión se utilizan 8 m3 de aire por cada kg de madera,con lo que es importante contar con una aportación de aire exterior o una buena ventilación.
Cada 1 kg de madera, de cualquier madera, contiene aproximadamente 4500 kilocalorías.
La salida del tubo de la chimenea debe de ser al menos 18/20 cm de diámetro. Si se construye en obra una sección interior de 25 x 25 estaría correcto.
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