El leñador se vera generosamente recompensado si se adapta a la naturaleza y a las estaciones del año. El ciclo anual hace que sea mejor cortar los arboles frondosos al principio de la primavera, antes de que broten las hojas. Recuerda que la savia comienza a ascender unas tres o cuatro semanas antes y que, en ese momento los arboles tienen menos humedad y tardan menos en secar. El nivel de humedad del fresno o del olivo puede bajar hasta un 34 % en invierno; en la mayoría de las demás especies, es del 45 al 60 % a lo largo del año. Existe la creencia de que los arboles tienen mucha menos humedad en invierno, pero en la mayoría de las variedades no es mas que del 10-20%. La razón por la que se tiende a sobrestimar el contenido de agua es que el agua del árbol fluye mucho mas rápido en primavera y en verano, de tal manera que la savia rezuma alegremente de los tocones una vez talado el árbol, pero el agua se evapora una vez que los arboles tienen follaje.
No obstante, talar en invierno o a principios de la primavera supone grandes ventajas. Mejora y alarga el tiempo de secado, y el secado en primavera es un sello de calidad ya que es la temporada de menor humedad en el aire. En realidad, el proceso de secado puede comenzar también a una temperatura por debajo de cero, y la leña que se corta en lo que los indios denominaban
“ el mes frío” (enero) puede tener grietas de secado preciosas al llegar el mes de marzo. La leña también se corta mas rápido a temperaturas por debajo de cero. Por si fuera poco, los hongos y el moho no germinaran mientras haga frío(tienen un umbral de actividad de 5º C). En algunos arboles frondosos, la savia estival presenta un valor mas elevado de azúcar y minerales que los hace mas vulnerables a los hongos. Los insectos están hibernando y, con frecuencia, a principios de la primavera la leña estará lo bastante seca como para que al despertar las alimañas no tengan tiempo de instalarse en la madera.
Aun así, si te has retrasado o no has tenido tiempo de talar hasta principios del verano, tampoco hay que desesperarse. Los estudios prácticos han demostrado que el proceso de secado en verano, incluso con troncos empapados de agua, es mas rápido de lo que se cree. No obstante, se puede utilizar el método conocido como “ secado en rollo”, que consiste en talar los arboles y luego dejarlos tumbados, con las ramas, el follaje y las copas intactas. Los arboles no saben que han sido talados, y el follaje sigue creciendo, extrayendo los nutrientes del tronco y absorbiendo la humedad.
Durante la primera semana la humedad caerá en picado, normalmente del 50 al 35%. A las pocas semanas dependiendo de la estación y del tamaño del árbol, las hojas se marchitan, pero la leña todavía no esta lo bastante seca para quemarse, y la humedad ronde el 30%. Pero hay que estar atento a este momento y apresurarse en cortar, partir y apilar la leña para que siga secando y este lista para el invierno. Sin embargo, si la humedad del aire es elevada, este tipo de leña no estará del todo preparada hasta el año siguiente.
Otra manera de acelerar el secado desde el bosque se conoce como “ descortezado en tiras”. Con este procedimiento, valido tanto en verano como para el invierno, se hacen unos cortes longitudinales en el tronco, ya sea con el hacha, el escoplo o motosierra, para sacar tiras de corteza y de esta manera permitir que la humedad del tronco se evapore. El descortezado puede combinarse con el secado sin desrame. Aun así, el verano representa un problema añadido: el calor. El trabajo es ya duro de por si y, si las temperaturas son altas, sudaras a mares, se acumula la sed, el dolor de cabeza y los mosquitos.
Recapitulando: corta la leña en Semana Santa. Partir y apilar mientras esta verde. Pon en una leñera cara al sur, que este a cubierto y suficientemente ventilada. Un mínimo de 8 meses de secado para la mayoría de las variedades convertirá tu estufa en el corazón caliente de tu hogar invernal.
Articulo basado en el libro “ El libro de la madera “ de Lars Mytting.
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